Cambiemos decidió levantar la sesión este jueves, al no poder asegurar la cantidad de diputados necesarios para el tratamiento de la ley y en medio de un escándalo con la oposición en el recinto y de represión afuera del Congreso.La sesión especial convocada por el macrismo para este jueves a las 14 con el objetivo de dar sanción final sin modificaciones al proyecto de ley de Reforma Previsional fracasó pasadas las 15, cuando el oficialismo terminó por aceptar el reclamo de la oposición de suspender la reunión, en medio de un escándalo dentro de la Cámara de Diputados, con legisladores que casi se van a las manos en un momento de máxima tensión.

En simultáneo, en la plaza frente al Congreso la Policía Federal y la Gendarmería reprimían la manifestación de partidos de izquierda y algunos sindicatos que habían llegado hasta el vallado que sitiaba la Legislatura.

«Lo peor que puede hacer una Cámara es sesionar en este ambiente de violencia, que no ha sido generado por el interbloque de Cambiemos. Como rechazamos la violencia, le pido que levante esta sesión escandalosa» dijo la diputada de Cambiemos, Elisa Carrió, a su compañero de bloque y presidente de la Cámara, Emilio Monzó.

Fue el fin de un plenario escandaloso. Los intentos del oficialismo de llegar a los 129 diputados que permitieran obtener el quórum para dar inicio a la sesión, dar el debate y avanzar en la votación se dieron hasta los últimos minutos previos a la cancelación. El propio Monzó anunció pasadas las 14.30 que la cifra se había conseguido y la reunión comenzaba, lo que hizo reaccionar a una decena de opositores que se le fueron al humo.

Entre ellos estaba el entrerriano Julio Solanas. Junto a otros kirchneristas como Andrés Larroque, Leopoldo Moreau, el propio Máximo Kirchner, José Luis Gioja, entre otros, presionaron al presidente de la Cámara en su propio escritorio. El peronista de Cambiemos estuvo a punto de agarrarse a trompadas con el radical K Moreau.

Toda la oposición reclamaba que se suspenda el debate y enrostraba al macrismo que no había quórum. «Evidentemente no tienen el número, no lo busquen en el reglamento», le reclamó la massista Graciela Camaño. La situación era de suma confusión, ya que la pantalla que indica la cantidad de legisladores presentes y ausentes cambiaba minuto a minuto, impidiendo confirmar si el quórum era un hecho o no.

Además, los del Frente para la Victoria junto a Victoria Donda -Libres del Sur- y Nicolás del Caño -FIT- denunciaban que habían sido golpeados por las fuerzas de seguridad durante la protesta de este miércoles y advertían que no se podía sesionar en el marco de la represión que ocurría mientras tanto en las afueras del Congreso.

Más allá del escándalo, quedó de manifiesto la fragilidad del acuerdo de Mauricio Macri con los gobernadores peronistas, que en su mayoría no pudieron hacer bajar a sus diputados. El flamante interbloque Argentina Federal, que responde a los gobernadores, se mostró más que dividido.