Es el pedido desesperado de uno de los denunciantes del cura Ilarraz. El 7 de marzo finalmente se tratará el recurso de Casación
no de los sobrevivientes y denunciantes del cura Justo José Ilarraz, condenado por abuso y corrupción de menores a 25 años de cárcel, publicó una carta dirigida al papa Francisco en la que reclama «contundentes acciones contra curas pedófilos y obispos cómplices». La contundencia del escrito motivó que UNO se pusiera en contacto con su autor, Hernán Rausch, uno de los primeros que se animó a contar los actos aberrantes que Ilarraz cometía en complicidad con sus superiores, entre ellos el arzobispo emérito Estanislao Karlic y el obispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, por entonces rector del Seminario Arquidiocesano de Paraná. Por más que la Justicia terrenal haya probado la culpabilidad del sacerdote, Rausch siente que el clero todavía tiene una cuenta pendiente: «Estos muchachos dieron la cara, pusieron el cuerpo y el alma. Hay una sentencia unánime de un tribunal de 25 años. ¿Qué hay que hacer para que la Iglesia se dé cuenta de las cosas? ¿Por qué no hace algo que nunca hizo? Sacar estos curas pedófilos de la lista de los sacerdotes. Hacen todo lo otro y no hacen esto. Así la gente puede quedar conforme y pueda decir ‘la Iglesia está actuando’. Me parece que hay un trasfondo más grave en esto, hay como una red de gente, que no sé qué línea manifiesta dentro de la Iglesia».
Dijo que la intención de la carta es insistir con el pedido de una sanción efectiva por parte de la Iglesia a los curas que cometieron delitos contra la integridad sexual de menores, y recordó que Ilarraz, pese a estar condenado mantiene la condición de sacerdote. «Tenés a Puiggari adentro, que en esa época estuvo involucrado. ¿Qué va a hacer Puiggari? Él, no creo que mueva mucho las fichas. Me parece que debería venir otra persona para poner mano limpia», propuso. Sostuvo que la intervención debería ser «a otro nivel». Aunque aclaró: «No podría decir a quién le corresponde. Creo que es competencia del Papa, si él lleva adelante una causa es quien debería empezarle a decir a sus funcionarios ‘hagan esto y esto'».
El accionar de las autoridades del Arzobispado de Paraná frente al
caso Ilarraz y la posterior condena, todavía siguen sin conformar a los sobrevivientes y sus familiares. Al respecto Rausch manifestó: «Porque la lucha desde un principio es que deje de ser cura –en referencia a Ilarraz–, por la fe de uno. Si a nosotros nos inculcaron la figura de Cristo, que era el maestro, el pastor, el ejemplo de todo el mundo y ellos son la figura de Cristo en la tierra, y hacen estas cosas. Y ellos lo siguen teniendo como cura. Hay una contradicción ética y moral. Cualquiera se da cuenta de eso y mucha gente está decepcionada».
La Casación pasó para marzo
Uno de los abogados querellantes de la causa, Santiago Halle, confirmó a UNO que el 7 de marzo se realizará la audiencia para tratar el recurso de Casación interpuesto por la defensa del imputado. En esa instancia el abogado del cura, Jorge Muñoz, seguramente atacará la sentencia condenatoria y volverá a insistir con la estrategia de la prescripción. Por su parte, las querellas reclamarán que se ratifique el fallo preliminar.
La defensa de Ilarraz había presentado un recurso de Casación impugnando la sentencia condenatoria dictada el 21 de mayo en los Tribunales de Paraná. A su vez había planteado la recusación contra los vocales de la Cámara de Casación Penal Hugo Daniel Perotti, Marcela Beatriz Badano y Marcela Alejandra Davite, por considerar que habían intervenido en algunas etapas del proceso judicial. Según se detalló en un escrito elevado por el representante legal del cura, Jorge Muñoz, «los magistrados de este Tribunal, entendieron previamente en diferentes resoluciones dictadas en autos».
«Todo sigue igual», el título de una carta que interpela
La carta, titulada, «Todo sigue igual», critica con dureza la acción de la Iglesia ante las denuncias de abusos sexuales cometidos por religiosos.
«Hago referencia a la situación de la Iglesia de Paraná, y la Argentina, con respecto a las condenas que hemos tenido de parte de la Justicia civil, que sí ha dado pasos notables en 2017 y 2018, con sentencias ejemplares en lo que a abusos se refiere, no así de parte de la Iglesia de Francisco, que se sumerge en investigaciones y averiguaciones prolongadas y desordenadas, que no hacen más que confundir a la sociedad, sobre todo la cristiana, estirando plazos y apelando al olvido de los hechos que ocurrieron dentro de la institución», escribió Rausch.
«No me voy a detener en los hechos averiguados, relatados, comprobados y condenados (25 años de prisión), sino al insuficiente actuar de la Iglesia, de su aparente indiferencia, la frialdad como visualizan las cosas, la falta de compromiso serio, de averiguar, agilizando trámites, de los cuales el Poder Judicial les ha dado ejemplo e innumerables herramientas, testimonios para completar la investigación», reflexionó en otro pasaje.
«Van separados –continúa la carta–, dicen ser tratamientos distintos, tiempos distintos, mientras tantos actúan con hipocresía, vanidad, jactándose de sus palabras, más que hablar, se necesita actuar, dar señales, más dentro su propio terreno: papa Francisco, sea profeta en su tierra», subrayó en una misiva que todavía es más extensa. fuente Uno