Video: El primer round de Marvin Hagler vs. Thomas Hearns en 1985, una pieza que quedó para la historia del boxeo.

Veo al pobre Larry Holmes en una mesa del bar Cleopatra con Don King y cuatro amigos con una copa de fino Chardonnay sin que nadie le pida un autógrafo a tan tremendo campeón mundial de peso completo que llevaba por entonces un invicto de 47 peleas.

Recuerdo a Sugar Ray Leonard ayudado por cuatro custodios para poder avanzar muy lentamente hasta su lugar al borde del ring desde donde opinaría sobre el combate junto al famoso relator Al Michaels y a su comentarista Al Bernstein. Fue Michaels quien al término del asalto inicial subrayó: “Tremendo primer round, increíble, tal vez el mejor en la historia de los pesos medianos”.

Veo como si fuera hoy a Muhammad Alí cruzando la Strip para alcanzar el lobby del hotel Sunset donde una multitud hacia una larga y paciente fila con tal de lograr un autógrafo bajo su sonrisa ausente.

También asaltan mi memoria el mal momento que debió soportar Andrés Cantor –el más prestigioso y popular relator de futbol de los Estados Unidos, por entonces compañero de El Gráfico- cuando saltó el cordón de seguridad para hacerle una foto de frente a Hagler saliendo del ascensor. En menos de un segundo cuatro enormes guardias de la seguridad del Caesars lo tomaron de la base de sus codos hasta llevarlo en vilo a un lugar bien distante… Todo por una foto.

Y la noche anterior a la pelea asistimos al sexto casamiento de Jake LaMotta, una leyenda. Se realizó en la zona de la piscina del Caesars Palace y reunió a todos los invitados bajo el auspicio de la cerveza Budweiser que era sponsor oficial del combate. Por entonces Jake tenía 62 años y había consumado una vida tormentosa. La biografía de Jake inspiró el personaje de la película “Toro Salvaje” que fue dirigida por Martin Scorsese (1980 ) y protagonizada por Robert De Niro.

Recuerdo que esa noche estaban Muhammad Alí, James Coco, Bo Derek y su esposo John, Vitas Gerulaitis, Tito Lectoure, Cher, Sylvester Stallone, Liberace, Martillo Roldán, Roy Scheider, Don King, Sugar Ray Leonard, Magic Johnson, Miguel Díaz, Tito Lectoure, John Rivers entre tantos.

Las estrellas de aquella noche continuaron sus vidas. Tommy siguió peleando hasta el 2006 acumulando títulos mundiales pues al de los Welters y Superwelters le agregó el de los Mediano, Semipesado y Crucero. Marvin en cambio solo hizo dos combates más: frente a John Mugabi y ante Sugar Ray Leonard (1987) quien le ganó con discutido fallo tras un combate memorable, el último de su brillante carrera.

Hearns no disfrutó de los 45 millones de dólares que ganó con el boxeo; por el contrario en 2010 comenzó a subastar gran parte de su patrimonio y valiosísimas reliquias personales (trofeos, cinturones, medallas, autos, relojes, anillos) para cancelar una gigantesca deuda con el fisco por gravámenes impagos de sus residencias en Detroit, Las Vegas y Phoenix al hacerse cargo de lo que él definió como “una familia extendida”. Está fundido. Vive austeramente en Southfield, en los alrededores de Detroit y a sus 62 años ha logrado que la esquina de McGraw y Junction lleve su nombre ( “Thomas Hitman Hearns”) justo enfrente del gimnasio Kronk, lugar donde Emanuel Steward lo formó como hombre, boxeador y campeón de época.

Marvin Hagler, quien hoy tiene 66 años reside en una lujosa “vila” en las afueras de Milán junto a la italiana Kay Guarino, su segunda mujer. Igualmente suelen pasar temporadas de primavera o invierno en una residencia que Marvin posee en New Hampshire, Estados Unidos. El ex campeón mundial pertenece a la Academia “Laureus” de Montecarlo – cuya figura máxima es el Principe Alberto de Mónaco- y el objetivo principal es impulsar el deporte como herramienta de inserción social en diferentes lugares del Mundo. Filmó las películas “Indio”, “Noches de miedo”, ”Virtual Weapon” y le gustaría protagonizar alguna otra. Mientras tanto es voluntario para dar charlas contra el acoso sexual, el destrato, la violencia de género, la agresión doméstica, la prepotencia, la violación y el abuso. La última – al parecer muy encendida- la ofreció en Secondigliano, un pueblito cercano a Nápoli.

Qué delicia poder evocar lo que ningún tiempo borrará.

Ahora sabemos que aquella noche de hace 35 años Hagler no subió al ring para boxear contra Hearns sino para pelear por una vida mejor.

Y esa también la ganó por nocaut.

Archivo: Maximiliano Roldan