El ex sacerdote José PepeDumoulín manifestó su “sorpresa y tristeza” ante la revelación periodística de la nueva edición de la Revista ANALISIS por los abusos de menores cometidos por cura párroco y apoderado legal de la escuela parroquial Jesús Maestro y Señor, de Oro Verde, Alfredo Nicola.“Me sorprendió mucho porque con Alfredo compartimos mucho, ya que fuimos compañeros de curso y nos ordenamos juntos. Tomar conocimiento de esto es muy doloroso, después de haber compartido tantos años”, afirmó. También cuestionó que ante estos casos “todo siga con el mismo modo de proceder de las autoridades que dejan pasar el tiempo” y reclamó que “actuar con rapidez y tomar las medidas que haya que tomar, aunque sean dolorosas”. “Las reglas son claras: se debe ser suspender a la persona involucrada y abrir una investigación. Se debe actuar con eficacia, con rapidez y teniendo en cuenta lo que significa el daño que produce un abuso”, sentenció. Criticó que desde el clero “se trata de evitar siempre llegar a la Justicia y que la cosa no trascienda públicamente pero de esa manera no se arreglan las cosas, sino interviniendo como corresponde, por más que sea doloroso para la institución. Eso le da transparencia y credibilidad a la institución por eso hay que empezar a obrar con rapidez”.En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Dumoulín recordó que Nicola “fue uno de los integrantes de esa reunión y firmó esa carta que se presentó al arzobispo Mario Maulión” para requerir la investigación por los abusos de Justo José Ilarraz y admitió que “tomar conocimiento de esta situación que está atravesando por una acusación de un nuevo abuso cometido por él, llama la atención cómo en una determinada situación se pone de un lado pero luego cae en la misma infracción que estuvo denunciando”.

“Me sorprendió mucho porque con Alfredo compartimos mucho, ya que fuimos compañeros de curso y nos ordenamos juntos. Tomar conocimiento de esto es muy doloroso, después de haber compartido tantos años, y llegar a este punto es muy triste”, admitió el ex sacerdote, quien también criticó “que todo siga con el mismo modo de proceder tanto por parte de él como de las autoridades que dejan pasar el tiempo, salen a la luz cosas que se conocían de hace mucho”. “Esto revuelve muchas cosas y me pone muy mal y muy triste volver a encontrarme en esta situación”, sentenció.

Sobre la aparición constante de nuevos casos, dijo haber hablado “varias veces con Puiggari por posibles casos que siguen vigentes y ejerciendo el ministerio pero parece que hasta que no les explota la cosa en la mano no toman cartas en el asunto, y eso es lo que vuelve a generar la tristeza y el enojo porque pudiéndose evitar las cosas, se va postergando y viendo cómo se maneja la cosa para tratar de zafar”.

Ante ello, reclamó que “se tienen que empezar a tomar cartas en el asunto, hacer las cosas como corresponde y anticiparse de manera preventiva, pero además ya cuando tiene conocimiento de un caso de estos actuar con toda la rapidez posible”.

Sobre el accionar de las autoridades, aseveró que “las cosas son claras en este momento respecto del modo de proceder que deben llevar adelante: al tomar conocimiento de estas cosas aunque sea de modo verbal, se debe suspender inmediatamente a la persona involucrada y abrir una investigación”.

Aunque reconoció que “a veces eso se hace” también cuestionó que “después queda en la nada, flotando en el tiempo” y por eso reclamó que “las reglas son claras y tienen los elementos para hacerlo efectivamente, y es importante hacerlo con rapidez y tomar las medidas que haya que tomar, aunque sean dolorosas”. “Se debe actuar con eficacia, con rapidez y teniendo en cuenta lo que significa el daño que produce un abuso”, sentenció.

También criticó que “se trata de evitar siempre de llegar a la Justicia o de que la cosa trascienda públicamente pero de esa manera no se arreglan las cosas sino interviniendo concretamente como corresponde y por más que sea doloroso para la institución es lo más saludable hacerlo, porque eso le da transparencia y credibilidad a la institución por eso hay que empezar a obrar con responsabilidad y rapidez para que las cosas se solucionen lo más rápidamente posible una vez que sucedieron y hacer todo lo posible para la prevención de nuevos casos”.

Por otra parte dijo no tener “conocimiento de que se dé el diálogo sobre estos temas hacia adentro y entre el resto de los sacerdotes”. “Hay como una especie de bajada de línea y eso es lo que se asume; no hay una reflexión porque si no la cosa sería de otra manera y empezarían a ejercer cierta presión o a exigir un modo diferente de actuar y de proceder”, opinó.

“También mucha gente común que conoce de estas cosas y las comparte de alguna manera y que está en total disidencia con este proceder de la iglesia, más allá de que no pierden de la fe porque este tema no pasa por la fe. Hay una madurez de parte de muchos fieles laicos que no se corresponde con el procedimiento de algunos sacerdotes”, reflexionó.