Lisandro María nació el 10 de marzo de 1977 en Viale. Jugó al fútbol y al básquet en el club de sus amores. Fue campeón en la Primera División en 1999 y 2000 en la Liga del Centro. Luego se dedicó a los estudios y se recibió de Contador Público. A los 19 años comenzó a integrar la comisión directiva de Viale FC y se aferró al club en medio de la crisis de 2001. Fue presidente durante tres gestiones y hace 17 años está dentro de la comisión directiva. Fue uno de los impulsores de la Fiesta Nacional del Asado con Cuero. Como dirigente, el club llegó a jugar el Federal B y enfrentó a San Lorenzo en la Copa Argentina. Asador por excelencia prendió fuegos en todo el país. Hoy tiene su propia marca Chano María.
—¿De qué equipo sos hincha?
—De River.
—¿Un club?
—Viale FBC, es mi vida.
—¿Un triunfo?
—Cuando le ganamos la final a Arsenal de Viale 1 a 0 en la cancha de ellos.
—¿Un partido?
—El de Viale con San Lorenzo por Copa Argentina. Desde que salimos sorteados, un mes o dos meses antes, caminábamos en el aire. Terminó el partido y volvíamos sin dormir y me mandan un whatsapp que decía «hola Chano, te escribo para saludarte, soy Matías Lammens». Lo primero que imaginé era que se trataba de algún amigo de Buenos Aires que me quería hacer una joda. Entonces le hice una pregunta de rigor para saber si era él. Le hice una consulta sobre la cena en la Asociación de Árbitros y me dijo que no había podido ir y que había ido Tinelli y el primo. Ahí me di cuenta que no me mentía.
—¿Cuál fue el gol que más gritaste?
—El gol de Celso Ayala a Boca el día que empatamos 3 a 3. River perdía 3 a 1 y lo empató sobre la hora. Estaba en la cancha con mi padrino Pupi.
—¿Un técnico?
—Gregg Popovich y Marcelo Gallardo.
—¿Qué te gusta más, el fútbol o el básquet?
—Me gusta jugar los dos. Del fútbol me gusta ir a la cancha y analizar el juego y del básquet admiro la estrategia, pero de adentro de la cancha. Los dos de distinta manera.
—¿Una cancha?
—El estadio Leandro Cecotti de Viale.
—¿A quién te gustaría meterle un caño?
—A Nelson Cata Alegre y esperarlo y saltarlo cuando me tire la patada.
—¿Un Mundial?
—El de 1986. Tenía 9 años y tengo recuerdos de haber ido a festejar con los vecinos.
—¿Un jugador?
—Manu Ginóbili y Enzo Francescoli.
—¿Los conocés?
—A Enzo, sí. Le estábamos dando de comer a una comitiva de dirigentes en la Asociación de Árbitros y en un momento lo fui a felicitar a D’Onofrio porque lo había contratado a Gallardo. Me pareció que era el perfil de técnico que necesitaba a River. Me acerqué y le conté que era dirigente de un club de Entre Ríos que había jugado la Copa Argentina y que hacíamos cuestiones gastronómicas para generar recursos para el club. Me dijo que me siente al lado y cuando me pongo a hablar y, después de cinco minutos, me doy cuenta que Enzo estaba atrás esperando la silla. No supe que hacer. Me levanté y en la desesperación no supe que decirle y me dijo «quedate, por favor, seguí hablando con el presidente». Increíble.
—¿Un viaje?
—A Los Cabos, México. Ahí fueron los cantantes de Kiss a comer asado con cuero, pero no tengo la prueba. Les llevé la porción de asado y cuando me voy a sacar la foto, se viene la gente encima y la seguridad se los llevó. Supuestamente se llevaron la carne. Nunca lo podré saber. No hay fotos.
—¿Cuál fue tu primer sueldo y en qué lo gastaste?
—Yo empecé a trabajar desde muy chico con mi abuelo. El siempre fue muy generoso con todos. Y recuerdo que ahorré mucho tiempo y me compré un Jeep.
—¿Cuál son los cinco mejores deportistas argentinos?
—Manu Ginóbili, Messi, Fangio, Maradona y Fede Aguilar. Lo puse a Fede porque me parece muy importante la gente que trasciende desde nuestro lugar. Como el Gurí o Bértoli.
—¿Tres del mundo?
—Manu, Roger Federer, Jordan.
—¿Qué es lo que mejor te sale?
—Reír.
—¿Qué te gusta hacer en los momentos libres?
—Leer, me gusta mucho. Ahora me voy de vacaciones y me llevo entre 10 y 15 libros.
—¿A qué cosas le tenés miedo?
—A defraudar a mi hija Martu.
—¿Qué cosas te hacen reír?
—Que se rían de mi con buena leche.
—¿Qué cosas te sacan?
—Varias, ja. El individualismo y el egoísmo.
—¿Una comida?
—El asado.
—¿Cuál fue el lugar más inhóspito donde hiciste un asado?
—El mejor asado que hice fue en una casa que estaba sin terminar. Habíamos jugado un fútbol cinco con unos chaqueños por el asado y lo hicimos. En principio éramos 10, más el dueño de la casa y de repente éramos 25 en una casa de estudiante. Empecé el costillar a dos fuegos en un churrasquero abierto, sin techo. Cayeron unos amigos con achuras, entonces hice un doble piso de parrilla. Se vino una tormenta tremenda y no teníamos cómo cubrirlo. Había unos andamios porque estaban construyendo unos departamentos al lado, los desarmamos y sacamos las puertas de las casillas de gas divisorias de los departamentos y con eso le hicimos un techo. Fue uno de los mejores asados.
—¿Un corte de carne?
—Es uno de los más baratos, la falda. Es el asado de excelencia de la obra. Me gusta comerla con la mano y con cuchillo. Nosotros hacíamos muchos chorizo y salame con la falda. Porque si vos ponés una falda en la parrilla con los huesos del pecho, tenés tres kilos de hueso y sacás medio kilo de carne. Te ocupa mucho espacio y es poca carne. Ahí empecé a disfrutarla. Es un corte en el que la carne se cocina con el hueso y la grasa, ningún corte tiene ese sabor. —¿Un postre?
—El budín de pan con crema y dulce de leche.
—¿Qué música escuchás?
—De todo. Desde folclore a jazz o clásico.
—¿Una banda?
—Pink Floyd, Doors, U2, Coldplay. Pero elijo a Jim Morrison.
—¿Una ciudad?
—Viale.
—¿Un lugar para vivir?
—Las afueras de Viale.
—¿Qué lugar te gustaría conocer?
—Cualquiera en el que me inviten a asar. Tengo un amigo en Ibiza y me dice que vaya. Voy, pero tengo que hacer asado.
—¿Qué cosas te seducen?
—Me seduce mucho cocinar, me genera una adrenalina tremenda.
—¿Un hombre?
—Mis dos abuelos, Herminio Ludi y José María.
—¿Una mujer?
—Mi hija Martina.
—¿Cuál es el contacto más groso que tenés en el celular?
—El de las manos derecha de los grosos porque son más accesibles y lográs mucho más cosas. Con la Fiesta tengo muchos contactos, pero el contacto del secretario de Fantino o el del hermano del Chaqueño, son más grosos que el de ellos. Porque viven al palo y tienen muchos compromisos.
—¿Cuántos grupos de whatsapp tenés y cuál es el mejor?
—Muchos, el club, la radio, los amigos, básquet, comisión directiva, grupo de trabajo. Y el mejor es el de mi grupo de amigos de toda la vida: Promo 94.
—¿Elegí cinco nombres libres para amar un grupo de whatsapp?
—Ramiro Peña, un chico que laburó conmigo en Tecnópolis, Juan Bracelli (Cocineros Argentinos), Fernando Escujuri (Productor de ESPN), mi hermana y Juli Nguyen (productora de Cocineros).
—¿Cuántas redes sociales usás?
—Todas, pero algunas las maneja mi hija por una cuestión de tiempo. Porque ahora tengo la página. Le meto mucho a Instagram.
—¿Qué pondrías en tu estado sin inhibiciones?
—Trabajen más y hablen menos.
—¿Con quién te gustaría tener una selfie y donde?
—Con algún personaje del fútbol con un asado en casa: el Bambino, el Coco Basile, Menotti o Bilardo. Y sin lugar a dudas con el Burrito Ortega.
Gentileza Uno Entre Rios