Opinion Matias Solaro
Creo profundamente que, como comunidad, estamos atravesando un momento que nos llena de indignación y vergüenza. Anoche, en el programa “Cuestión de Fondo”, se habló (dicho por los propios conductores) del escándalo de corrupción más grande de nuestra historia como ciudad; algo que se venía comentando muy por lo bajo, y que todos habíamos escuchado en estas últimas semanas. Hoy, ya tomo mucha más relevancia, y el nombre de nuestra ciudad se encuentra en todos los medios periodísticos.
Se habló de 505 cheques rechazados e impagos, que suman más de 5.500 millones de pesos. Una cifra que golpea de lleno a nuestra economía local, dejando pymes al borde de la quiebra, proveedores sin cobrar y familias enteras atrapadas en la incertidumbre. Y, lo más grave, nadie sabe dónde está ese dinero.
La empresa Nutrisima SRL, que alguna vez fue símbolo de crecimiento, hoy es sinónimo de deudas, denuncias y maniobras oscuras. Hay 8 causas penales y 7 civiles en curso, y van a seguir apareciendo cheques hasta 2026. Mientras tanto, reina el silencio de quienes deberían poner la cara y dar explicaciones. Y lo más preocupante, aunque lo niegue o minimice, nuestro intendente se encuentra directamente involucrado, llevándome a preguntar: ¿dónde está hoy esa institucionalidad que siempre defendieron? porque entiendo, que la institucionalidad se ejerce con hechos concretos, y hoy la falta de respuestas y el silencio ruidoso son demasiado evidentes.
Me duele como ciudadano ver que se juega con la credibilidad y el esfuerzo de toda la comunidad. María Grande no merece ser noticia por corrupción. Nos merecemos respuestas claras, honestas y a la altura de las circunstancias, porque María Grande somos todos nosotros.